Abstracto está dividido en tres cantos. Los tres cantos intentan expresar la inmanencia de una poesía que viene de la música. En El insomnio de los muertos, el poeta, como un blade runner, se desplaza por un mundo en estado de devastación. Sus imágenes son futuristas: Él sobrevive en un mundo que se cae a pedazos: la ciudad decae sobre el rojo/las silenciosas fábricas improvisan.
En El viaje,  parece la confesión de un hombre que atravesó el horror en busca de la belleza. Cada recodo fue un enfrentamiento a muerte contra lo imposible. El designio de un artista: Las palabras no me han transformado/es solo la visión del vacío/un enfrentamiento épico/despojado de máscaras.
En El Péndulo Invisible, el tercer canto, el poeta, por primera vez, nos habla en futuro, como una profecía. Reconoce su identidad en el hacer: mi mano abre el vacío/y trabaja en aquel instante/puede esculpir una silueta que ha sido atrapada. Un músico escindido en hablante lírico: restos de una duda existencial densificada por la simbología.
Rafael Francisco Díaz Silva, compositor y escritor.