¿Qué hace una hija cuando su padre es diagnosticado con una enfermedad grave? Ana decide acompañarlo, abriendo la puerta a recuerdos y silencios de una historia compartida. Él, antes un hombre luminoso, perdió a su familia por el juego. Ella, que lo admiró de niña, ahora lo observa con otros ojos.
En esta novela íntima, Adriana Garavito traza con sobriedad una historia de afectos quebrados y cercanías recobradas. Sin dramatismo ni redenciones forzadas, hay una apuesta por mirar de frente lo vivido.
Todas las cartas jugadas es una mirada pausada sobre los vínculos, la enfermedad, el azar y el tiempo.